Península Valdés
Nuestro último destino patagónico antes de emprender la vuelta fue Península Valdés y sus maravillas naturales en geomorfología, fauna y flora.
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| Lobo Marino en Valdés |
La Península Valdés es un área natural protegida provincial con una superficie de 4000 Km2 cuyas costas están formadas por playas, acantilados y restingas. Allí coexisten una gran diversidad de fauna, flora y paisajes que convierten a este lugar en uno de los sitios más importantes a nivel mundial para la observación de naturaleza. Ha sido reconocida como “Patrimonio Natural de la Humanidad” y “Reserva de Biósfera” por la UNESCO y “Sitio RAMSAR” por la Convención sobre los Humedales.
Tiene la particularidad de que el 98% de su superficie total es de propiedad privada. Son estancias ganaderas fundadas a finales del siglo XIX que se dedican desde aquellos tiempos a la cría de ovejas merino para la producción de lana fina para exportación. Además, coexisten otras actividades como la pesca artesanal, la maricultura, la investigación científica, la fotografía y la filmación y el turismo.
En virtud de esta complejidad, Península Valdés es administrada por un ente público no estatal llamado “Administración del Área Natural Protegida Península Valdés”, en forma conjunta con el Ministerio de Turismo y Áreas Protegidas de la Provincia del Chubut.
Se llega por tres caminos desde Puerto Madryn: tomar la ruta 3 y después toda la ruta 2 completa, recorrer la ruta 1 hasta el cruce con la ruta 2 o recorrer primero la ruta 42 que sigue la línea costera y luego empalmar con la ruta 2. Se pasa por el puesto de control «El Desempeño» donde se abona la entrada para seguir 22 Km hasta el Centro de Visitantes «Istmo Carlos Ameghino», donde encontramos información sobre el estado de los caminos, sitios a visitar, horarios.
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| Vista desde el Centro de Visitantes |
A 5 Km del Centro de Visitantes, ya por camino de ripio, encontramos la Isla de los Pájaros. Este lugar alberga gran diversidad de aves. Tiene una estacionalidad de todo el año con mayor actividad de aves en épocas de reproducción (primavera). Esta reserva también posee una réplica de la capilla del fuerte San José, único asentamiento español en la Península. El atardecer es el mejor momento para ir, debido al incremento de actividad de la fauna. Cabe aclarar que no se puede acceder a la isla, pero desde la costa con binoculares se pueden observar sin dificultades las aves que la habitan.
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| Vista de la Isla de los Pájaros desde el Centro de Visitantes |
El siguiente punto fue Punta Norte, donde hay un importante apostadero de reproducción de lobos marinos de un pelo y de elefantes marinos. Hay senderos con señalización y no se puede descender hacia la playa.
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| Ingreso a Punta Norte |
Entre febrero y mayo pueden observarse grupos de orcas que vienen a alimentarse brindando un majestuoso espectáculo. Hay centro interpretativo, proveeduría y sanitarios. En las cercanías hay dos estancias con servicios de gastronomía, alojamiento y excursiones. En la Estancia San Lorenzo hay una importante colonia de pingüinos de Magallanes con ingreso arancelado y acompañamiento de guía.
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| Lobos marinos con sus crías |
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| Vista a través del telescopio |
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| Panorámica de Punta Norte |
Siguiendo por la costa hacia el sur nos encontramos con Caleta Valdés un accidente geográfico de singular belleza donde hay una pequeña colonia de pingüinos de Magallanes y, en temporada de reproducción, se ven orcas. A continuación está Punta Cantor, donde encontramos un importante apostadero de elefantes marinos que se acercan a las costas para reproducirse y cambiar la piel. En este sitio encontramos el parador «La Elvira», área que cuenta con sanitarios, restaurante, venta de productos regionales, gastronomía y alojamiento.
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| Parador La Elvira |
Seguimos el recorrido y nos encontramos con un paisaje costero único en la zona de la península: Caleta Valdés. Lugar en el cual se asientan colonias de pingüinos y algunas manadas de lobos marinos, que comparten el hábitat como en toda la costa patagónica argentina.
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| Caleta Valdés y su singular belleza |
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| Pingüinos de Magallanes en Caleta Valdés |
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| Pingüinos de Magallanes bajando a la playa |
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| Vista de Punta Cantor |
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| Pingüinos y lobos marinos conviven en este paraje |
El siguiente tramo de esta recorrida nos llevaría hasta Punta Delgada la zona mas alejada de la península hacia el sur. Pero, luego de pasar por el mirador de elefantería y en el último tramo antes de arribar al destino final, derrapamos con el vehículo en el camino de ripio y terminamos incrustados en un zanjón a la vera del camino.
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| Caminos de ripio en la península |
El buen estado del ripio hizo que nos confiáramos con la velocidad y precauciones de circulación y al encontrarnos con una curva (señalizada) en bajada (no señalizada) no pudimos detener el vehículo por el tipo de camino. Derrapamos, dos neumáticos de uno de los laterales se descalzaron de la llanta y no tuvimos ningún otro inconveniente. Por suerte, no necesitamos convocar a los servicios de grúa ya que, gracias a los consejos que seguimos cuando emprendimos el viaje, teníamos dos ruedas de auxilio en el baúl y con la ayuda de otros viajeros (que siempre están para dar una mano) retiramos el auto del lugar donde había quedado encajado, lo subimos a la ruta, colocamos las balizas y, entre todos, cambiamos ambas cubiertas descalzadas y así nos dirigimos a Puerto Pirámides para ver si podíamos hacerlas reparar.
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| Ingreso a Puerto Pirámides |
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| Puerto Pirámides visto desde el alto |
Puerto Pirámides es la única localidad ubicada en una península, cuenta con servicios y alojamientos y es el lugar desde donde -en otra época del año- parten las embarcaciones para observar las manadas de la ballena franca austral que tiene su lugar de reproducción y apareamiento en la zona (en otra visita que haremos a esta la zona, en esa época, contaremos la experiencia).
No pudimos reparar el neumático en Puerto Pirámides, así que volvimos a Puerto Madryn pues, al día siguiente, debíamos continuar el viaje y teníamos que hacer reparar los neumáticos previamente.
Ultimo tramo – Sierra de la Ventana
Partimos de Puerto Madryn, dejando atrás esta primera experiencia por el sur de Argentina (no sería la última) y comenzamos a recorrer hacia el norte, no sin atravesar alguna tormenta de tierra y arena.
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| Tormentas de tierra/arena en la ruta |
Muchos kilómetros nos esperaban en el regreso hasta el litoral, pero desviaríamos para ver la localidad de Villa Serrana La Gruta y la localidad de Sierra de la Ventana. Esta zona está ubicada en la provincia de Buenos aires en el macizo llamado Sierra de la Ventania, en el partido de Tornquist.
Cerca de la localidad de Tornquist (cabecera del departamento) encontramos la localidad Villa Serrana La Gruta donde se encuentra el Santuario de Nuestra Señora de Fátima enclavado en la ladera de una de las sierras.
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| Villa Serrana La Gruta |
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| Portal de ingreso al santuario |
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| Subida a lo alto del santuario |
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| Santuario de Nuestra Señora de Fátima |
La localidad Sierra de la Ventana cuenta con muchos comercios, servicios y comodidades, así como una muy buena Secretaría de Turismo en donde se pueden recabar datos de las actividades a realizar en toda la zona.
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| Ingreso a la ciudad de Sierra de la Ventana |
Por último, ya volviendo sobre nuestros pasos, recorremos el pequeño poblado llamado Villa Ventana (volveremos a él años después para hacer base y recorrer la zona) .
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| Ingreso a Villa Ventana |
Como dijimos, no será la ultima vez en esta zona, la próxima será una visita de más tiempo y recorridas con la información turística obtenida (y la contaremos más adelante).
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Formación natural de Ventana en la sierra
que da nombre al macizo y zona |
Dejamos la zona, decidimos continuar viaje hasta la localidad del Junín (Buenos Aires) donde compartiremos una comida con algunos compañeros de viaje (y de vida), descansaremos y al otro día estaremos de vuelta en nuestra ciudad base y planearemos el siguiente viaje que nos lleve hacia un nuevo destino.
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| El camino nos guía |
Sin saber hacia donde el camino nos guiará, seguimos sosteniendo que, sea cual sea la ruta, lo importante será el viaje y no quienes viajamos. Los esperamos porque…
Camino hacia ningún lugar: Continuamos!